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domingo, 24 de mayo de 2020

Renault Fuego. 1980.


El Fuego fue un coupé que no fue muy valorado en su momento, aunque tuvo un arranque esperanzador y que hoy, prácticamente está olvidado. No fue un modelo que enloqueció a los aficionados del motor. Sin embargo, fue uno de los primeros coches de producción con turboalimentación, recurso derivado directamente de la Fórmula 1, que acompañado de un equipamiento más generoso que sus competidores directos, esperaban que tuviese mucha más aceptación de la que tuvo.


También tuvieron el valor de presentar el primero modelo deportivo con una versión turbodiésel. En aquel entonces fue tomado casi como una blasfemia, pero cierto es que a principios del siglo XX se convirtió casi en una tradición.


En la década de los 80, la marca francesa no tenía el prestigio de otros fabricantes de la época como Alfa o BMW, pero sí que habían presentado algunos pequeños coupés como el Floride a mediados del siglo pasado


o el 15 y el 17 en los 70.


Renault eligió un momento para entrar en el segmento coupé que coincidía con el que marcas como Opel o Ford eligieron para dejarlo ya que el público parecía más interesado en los coupés de grandes marcas deportivas.


El coupé de Renault estaba claramente basado en el Renault 18 al que el antiguo diseñador de Citroën, Robert Opron, modeló a modo de fastback con trazos redondeados y una gran luneta trasera que servía también de boca de carga. Todo esto le otorgaba un coeficiente aerodinámico de 0,34 Cx.


Renault buscaba un concepto que estaba en boga años anteriores, la practicidad de los coches. Contaba con un gran maletero y cuatro asientos cómodos, de hecho, mucho más cómodos que los rivales.


Respecto a la mecánica, la marca francesa ofrecía un amplio abanico, todos de 4 cilindros. Desde un motor 1.4 litros y 64 CV, hasta un 2.0 de 110.El motor más destacado de la gama era el 1.6 litros de 132 CV que acercaba al Fuego a los 200 Km/h, lo que eran muy buenos números para un coche de gama media.


Como comentamos antes, el Fuego también montó un bloque turbodiésel. En este caso, cubicaba 2,0 litros y entregaba 88 CV, una potencia que permitía al modelo francés declarar 177 km/h y, por ende, ser el vehículo de gasóleo más veloz del mundo.


Después de su presentación en el salón de Ginebra de 1980, el Fuego, gracias a su formato, alcanzó un éxito inmediato, tanto en Europa como en América, hasta el punto de ser el coupé más vendido en el Viejo Continente durante 1981.


No estaba mal para un modelo de tracción delantera de una marca popular, pero, año tras año, las ventas se desplomaron considerablemente y el modelo tuvo que luchar por sobrevivir en España hasta 1985, aunque en varios países europeos se comercializó hasta 1987.


Luego se exilió a América del Sur, donde la producción continuó hasta principios de la década de 1990. Como curiosidad, el carrocero Heuliez hizo un descapotable, que se convirtió en un ejemplar único.


Renault sufrió mucho con este modelo, a parte de por llevar el rombo en la parrilla que no tenía mucha experiencia en este sector, por los rivales que tenían en ese momento en el mercado, como por ejemplo el BMW E30


O el Alfa Romeo Alfetta GT, ambos con cortes más deportivos.


No obstante, elementos como la dirección asistida, ofrecida de serie, o el cierre centralizado con mando a distancia no eran nada habituales en un modelo de esos años. Sin olvidar el turbo, tomado de los monoplazas de Renault, que luchaban, en igualdad de condiciones, contra Ferrari en la competición reina del automovilismo.


En España, los precios no fueron precisamente competitivos. El más barato costaba 1.5 millones de pesetas (9000.-€), mientras que el Turbo se iba más allá de los 2 millones (12.000.-€). Eran precios mucho más caros que por ejemplo los del Supercinco Turbo de 1985. Esto hizo que el precio fuese un problema.


Cierto es que podemos encontrar coches que en su momento no tuvieron éxito y que cuando se convierten en clásicos se disparan, pero el Fuego no ha sido uno de estos modelos.


Eso sí, todo esto permite que te puedas agenciar con un Fuego relativamente barato. Eso sí, hoy día puedes tener problemas para encontrar ciertas piezas de repuesto ya que hoy en día casi no queda ninguna de las 265.367 ejemplares producidas.


Al igual que BMW hizo con el 3.0 CSL del que luego hablaremos, Renault también tiene un modelo prototipo de cómo sería hoy el Renault Fuego.




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