En el
reportaje que hicimos de la historia del 2cv descubrimos que Citroën había sido
comprada por Michelín, pues bien, tras volver a comprar la empresa a Michelín
en 1974, así como la filial europea de Chrysler tres años más tarde, Peugeot se
encontraba en un momento delicado y veía como el teórico rival del Renault 5, el
Ford Fiesta y el Volkswagen Golf, el Peugeot104, estaba siendo un fracaso de
ventas.
Así se embarcan en el proyecto M24 buscando encontrar un
utilitario que hiciese frente a los modelos anteriormente citados, que eran los
que estaban copando el mercado. Buscaban salir del conservadurismo en el que
habían caído y pensaron que un utilitario tipo GTI podría ser el camino a
seguir.
Tras 6 años de desarrollo del proyecto M24, Peugeot presenta
en 1983 el 205. Un utilitario de líneas modernas y juveniles que se metió al
público en el bolsillo con el inolvidable slogan de “Contigo, al fin del
mundo”.
Paralelamente, la marca francesa había designado al conocido
Jean Todt (Jefe de Fernando Alonso en Ferrari) como responsable del área
deportiva de la marca con un encargo claro: Triunfar en el mundo de los rallies
con un coche de apariencia similar a la de uno de los modelos de calle.
Así que el actual presidente de la FIA se puso manos a la
obra y desarrolló en paralelo el 205 GTI, el Turbo 16 que serviría como modelo
de homologación para el brutal Grupo B del Mundial de Rallies.
205 GTI
El modelo convencional había entrado con buen pie en el
mercado en 1983, pero seguían necesitando una versión para competir
directamente contra los 5 copa Turbo, Fiesta XR2 o el Golf GTI entre otros, así
que en 1984 presentaron en 205 GTI.
Este compacto montaba un motor 1.6 litros de 105 cv y una
estética algo modificada respecto al modelo convencional. Paragolpes más
grandes, llantas especiales de 14 pulgadas, una línea roja que recorría la
carrocería y el emblema GTI junto al tapón de la gasolina. En el interior
podías encontrar asientos tipo baquet y enmoquetado rojo. Muy resultón para la
época.
El motor venía heredado del BX 16 válvulas con inyección
Bosch y encendido electrónico.
Con todo esto sí se dieron cuenta que habían sacado un coche
dinámico, deportivo y fácil de conducir, pero con algo de carencia en el empuje
respecto a sus competidores por lo que Peugeot empezó a ofrecer el pack
opcional Peugeot Talbot Sport, que, mediante un rectificado de culata, bielas,
pistones, árbol de levas y colector de escape le conseguían sacar al motor 125
caballos, algo más en consonancia con los GTI del mercado.
Peugeot logró el primero de sus objetivos, el éxito comercial,
pero no se conformaron con eso y buscó mejorar el GTI aún más. Así llegó en
1986 la modificación de serie del motor que aumentaba la potencia hasta los 115
caballos sin necesidad de pasar por el kit de modificación de Peugeot Talbot
Sport. Y en diciembre de ese mismo 1986 se lanzó la versión definitiva, el 205
GTI con el motor 1.9 de 130 caballos que montaba el Citroën BX GTI. Además, le
ampliaron las llantas hasta las 15 pulgadas con unos neumáticos 185/55 y aire
acondicionado como opción. Su velocidad máxima llegaba a los nada desdeñables
201 kilómetros por hora.
Ahora sí que Peugeot lo había conseguido. El coche
conservaba todos los atributos que le hicieron tan popular, excelente
comportamiento, prestaciones de primer orden, conducción ágil y sencilla y
ahora por fin se le añadía un motor potente y elástico. Ahora sí podías
practicar una conducción deportiva y divertida a un precio asequible.
A todo esto, había que añadir que la marca francesa instaló
unas barras estabilizadoras más anchas y modificó la puesta a punto de las
suspensiones, dotando al coche de mayor aplomo si cabe. El concepto era un
coche con una rueda en cada esquina consiguiendo una batalla de 2.42 metros, lo
que le permitía una estabilidad impresionante en cualquier condición.
Podíamos sacarle sólo un par de peros. No podía montar ABS,
pero en cambio consiguieron un sistema de frenado con muy buen tacto,
resistencia y potencia de frenada, por lo que no echabas de menos dicho ABS. Y
otro “problema” era el sistema de dirección que se hacía pesada y lenta por las
modificaciones en la suspensión y porque el volante era excesivamente grueso y
pequeño de diámetro.
Dentro ya os he comentado que montaba asientos tipo baquet,
un guiño al espíritu deportivo del coche que además sujetaban a la perfección
en curva. En el interior predominaba el rojo y eso sí, los materiales eran de
un coche modesto, aunque la instrumentación era completa y podías encontrar
algunos lujos para la época como los elevalunas eléctricos y el cierre
centralizado de serie. Y luego, ya opcional, el aire acondicionado.
Con un
precio ligeramente por encima de los dos millones de pesetas (12.000 euros
actuales), el GTI no estaba al alcance de todos, por lo que Peugeot quiso
ofrecer una versión de poco más de 1,3 millones que no perdiera la esencia
«racing».
Así nació en
1987 el 205 Rallye. Era un coche con estética de carreras, carrocería y llantas
blancas, propulsado por un motor 1.3 de 1.3 caballos sin inyección directa y
con doble carburador. Vamos, que era la versión deportiva pero barata. Así
también prescindieron de los elevalunas eléctricos, del cierre centralizado,
del aire acondicionado o incluso del espejo retrovisor derecho, con lo que, a
parte de abaratar, aligeraron el coche hasta los 790 kilos, así que
consiguieron un coche tremendamente divertido para coger una curva tras otra
con sus pequeñas ruedas 165/70 R13.
Pero como os
contaba al principio, la marca francesa le encargó a Joan Todt que preparase un
coche ganador para el mundial de Rallies y así apareció el 205 Turbo 16, que en
realidad era un coche de competición, pero disfrazado. El reglamento exigía un
mínimo de 200 unidades a la venta para poder homologar el modelo para las carreras.
Contaba con
nada más y nada menos que con 200 caballos y un peso de tan sólo 960 Kg. Una
verdadera máquina que no era ni dócil ni fácil de conducir a alta velocidad. Su
aspecto dejaba claro su ADN con tomas de aire laterales tras las puertas y una
distribución muy distinta a la del resto de la gama.
El motor era
central de 1.8 litros en posición transversal y 16 válvulas con Turbo. La
banqueta trasera y el maletero desaparecieron para dar paso al motor del que
salía un rugido como si llevases al mismo león símbolo de la marca en el
interior, y que además Peugeot no hizo nada por apaciguar.
Permitía que
el sonido invadiese el habitáculo haciéndolo sentir con los 5 sentidos a sus
dos ocupantes.
Contaba
además con tracción integral y 12 centímetros más de batalla con respecto al
GTI, permitiendo así un mejor control del incremento de la potencia. Vamos, que
lo que consiguió Joan Todt fue una verdadera bestia tan poco práctica como te
permitía la legislación acercando así al máximo al propietario a las
sensaciones del pilotaje en el mundial de rallies.
En el mundo
de la competición, Todt consiguió lo que le pidieron. El 205 T16 debutó en el
mundial de 1984 y ganó el de pilotos y el de constructores en el 85 con Timo
Salonen y en el 86 con Juha Kankkunen.
Tras haber
acumulado 16 victorias, Peugeot redirigió los pasos del T16 hacia el Rally
Dakar como consecuencia de la prohibición de los Grupo B en los Rallies.
Aumentaron la altura de las suspensiones, se alargó la carrocería y se
ensancharon aún más las vías, desarrollando además una aerodinámica nueva y
rebajando la potencia desde los 500 hasta los 380 caballos para ganar en
fiabilidad.
Y vaya si lo
consiguieron, Ari Vatanen ganó en 1987 y Juha Kankunen en 1988, continuando
después su hegemonía con el mítico 405 T16 derivado del 205 en las dos
ediciones posteriores.
Paralelamente,
Vatanen participó en la dura prueba de Pikes Peak en 1987 con el 205...
Ganándola en
1988 con el 405 T16
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