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martes, 14 de abril de 2020

Peugeot 205 GTI. 1984


En el reportaje que hicimos de la historia del 2cv descubrimos que Citroën había sido comprada por Michelín, pues bien, tras volver a comprar la empresa a Michelín en 1974, así como la filial europea de Chrysler tres años más tarde, Peugeot se encontraba en un momento delicado y veía como el teórico rival del Renault 5, el Ford Fiesta y el Volkswagen Golf, el Peugeot104, estaba siendo un fracaso de ventas.


Así se embarcan en el proyecto M24 buscando encontrar un utilitario que hiciese frente a los modelos anteriormente citados, que eran los que estaban copando el mercado. Buscaban salir del conservadurismo en el que habían caído y pensaron que un utilitario tipo GTI podría ser el camino a seguir.


Tras 6 años de desarrollo del proyecto M24, Peugeot presenta en 1983 el 205. Un utilitario de líneas modernas y juveniles que se metió al público en el bolsillo con el inolvidable slogan de “Contigo, al fin del mundo”.


Paralelamente, la marca francesa había designado al conocido Jean Todt (Jefe de Fernando Alonso en Ferrari) como responsable del área deportiva de la marca con un encargo claro: Triunfar en el mundo de los rallies con un coche de apariencia similar a la de uno de los modelos de calle.


Así que el actual presidente de la FIA se puso manos a la obra y desarrolló en paralelo el 205 GTI, el Turbo 16 que serviría como modelo de homologación para el brutal Grupo B del Mundial de Rallies.
205 GTI


El modelo convencional había entrado con buen pie en el mercado en 1983, pero seguían necesitando una versión para competir directamente contra los 5 copa Turbo, Fiesta XR2 o el Golf GTI entre otros, así que en 1984 presentaron en 205 GTI.


Este compacto montaba un motor 1.6 litros de 105 cv y una estética algo modificada respecto al modelo convencional. Paragolpes más grandes, llantas especiales de 14 pulgadas, una línea roja que recorría la carrocería y el emblema GTI junto al tapón de la gasolina. En el interior podías encontrar asientos tipo baquet y enmoquetado rojo. Muy resultón para la época.


El motor venía heredado del BX 16 válvulas con inyección Bosch y encendido electrónico.


Con todo esto sí se dieron cuenta que habían sacado un coche dinámico, deportivo y fácil de conducir, pero con algo de carencia en el empuje respecto a sus competidores por lo que Peugeot empezó a ofrecer el pack opcional Peugeot Talbot Sport, que, mediante un rectificado de culata, bielas, pistones, árbol de levas y colector de escape le conseguían sacar al motor 125 caballos, algo más en consonancia con los GTI del mercado.


Peugeot logró el primero de sus objetivos, el éxito comercial, pero no se conformaron con eso y buscó mejorar el GTI aún más. Así llegó en 1986 la modificación de serie del motor que aumentaba la potencia hasta los 115 caballos sin necesidad de pasar por el kit de modificación de Peugeot Talbot Sport. Y en diciembre de ese mismo 1986 se lanzó la versión definitiva, el 205 GTI con el motor 1.9 de 130 caballos que montaba el Citroën BX GTI. Además, le ampliaron las llantas hasta las 15 pulgadas con unos neumáticos 185/55 y aire acondicionado como opción. Su velocidad máxima llegaba a los nada desdeñables 201 kilómetros por hora.


Ahora sí que Peugeot lo había conseguido. El coche conservaba todos los atributos que le hicieron tan popular, excelente comportamiento, prestaciones de primer orden, conducción ágil y sencilla y ahora por fin se le añadía un motor potente y elástico. Ahora sí podías practicar una conducción deportiva y divertida a un precio asequible.


A todo esto, había que añadir que la marca francesa instaló unas barras estabilizadoras más anchas y modificó la puesta a punto de las suspensiones, dotando al coche de mayor aplomo si cabe. El concepto era un coche con una rueda en cada esquina consiguiendo una batalla de 2.42 metros, lo que le permitía una estabilidad impresionante en cualquier condición.


Podíamos sacarle sólo un par de peros. No podía montar ABS, pero en cambio consiguieron un sistema de frenado con muy buen tacto, resistencia y potencia de frenada, por lo que no echabas de menos dicho ABS. Y otro “problema” era el sistema de dirección que se hacía pesada y lenta por las modificaciones en la suspensión y porque el volante era excesivamente grueso y pequeño de diámetro.


Dentro ya os he comentado que montaba asientos tipo baquet, un guiño al espíritu deportivo del coche que además sujetaban a la perfección en curva. En el interior predominaba el rojo y eso sí, los materiales eran de un coche modesto, aunque la instrumentación era completa y podías encontrar algunos lujos para la época como los elevalunas eléctricos y el cierre centralizado de serie. Y luego, ya opcional, el aire acondicionado.


Con un precio ligeramente por encima de los dos millones de pesetas (12.000 euros actuales), el GTI no estaba al alcance de todos, por lo que Peugeot quiso ofrecer una versión de poco más de 1,3 millones que no perdiera la esencia «racing».


Así nació en 1987 el 205 Rallye. Era un coche con estética de carreras, carrocería y llantas blancas, propulsado por un motor 1.3 de 1.3 caballos sin inyección directa y con doble carburador. Vamos, que era la versión deportiva pero barata. Así también prescindieron de los elevalunas eléctricos, del cierre centralizado, del aire acondicionado o incluso del espejo retrovisor derecho, con lo que, a parte de abaratar, aligeraron el coche hasta los 790 kilos, así que consiguieron un coche tremendamente divertido para coger una curva tras otra con sus pequeñas ruedas 165/70 R13.


Pero como os contaba al principio, la marca francesa le encargó a Joan Todt que preparase un coche ganador para el mundial de Rallies y así apareció el 205 Turbo 16, que en realidad era un coche de competición, pero disfrazado. El reglamento exigía un mínimo de 200 unidades a la venta para poder homologar el modelo para las carreras.


Contaba con nada más y nada menos que con 200 caballos y un peso de tan sólo 960 Kg. Una verdadera máquina que no era ni dócil ni fácil de conducir a alta velocidad. Su aspecto dejaba claro su ADN con tomas de aire laterales tras las puertas y una distribución muy distinta a la del resto de la gama.


El motor era central de 1.8 litros en posición transversal y 16 válvulas con Turbo. La banqueta trasera y el maletero desaparecieron para dar paso al motor del que salía un rugido como si llevases al mismo león símbolo de la marca en el interior, y que además Peugeot no hizo nada por apaciguar.


Permitía que el sonido invadiese el habitáculo haciéndolo sentir con los 5 sentidos a sus dos ocupantes.


Contaba además con tracción integral y 12 centímetros más de batalla con respecto al GTI, permitiendo así un mejor control del incremento de la potencia. Vamos, que lo que consiguió Joan Todt fue una verdadera bestia tan poco práctica como te permitía la legislación acercando así al máximo al propietario a las sensaciones del pilotaje en el mundial de rallies.


En el mundo de la competición, Todt consiguió lo que le pidieron. El 205 T16 debutó en el mundial de 1984 y ganó el de pilotos y el de constructores en el 85 con Timo Salonen y en el 86 con Juha Kankkunen.


Tras haber acumulado 16 victorias, Peugeot redirigió los pasos del T16 hacia el Rally Dakar como consecuencia de la prohibición de los Grupo B en los Rallies. Aumentaron la altura de las suspensiones, se alargó la carrocería y se ensancharon aún más las vías, desarrollando además una aerodinámica nueva y rebajando la potencia desde los 500 hasta los 380 caballos para ganar en fiabilidad.


Y vaya si lo consiguieron, Ari Vatanen ganó en 1987 y Juha Kankunen en 1988, continuando después su hegemonía con el mítico 405 T16 derivado del 205 en las dos ediciones posteriores.


Paralelamente, Vatanen participó en la dura prueba de Pikes Peak en 1987 con el 205...


Ganándola en 1988 con el 405 T16


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