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domingo, 14 de junio de 2020

Chrysler Imperial Speedster. 1932

El coche de hoy se trata de una joya de 1932. Modelo salido en plena crisis de la Gran Depresión.


El Chrysler Imperial Speedster salió del nuevo taller de investigación y desarrollo, un taller experimental para el diseño y desarrollo.


El diseño fue encargado a Herbert Weissinger y se fabricó como prototipo para el estudio de futuras tendencias de estilo y diseño y quizá como un primer competidor para los Auburn que se estaban comiendo el mercado de lujo.


Este fue un modelo único que se utilizó en muchas exposiciones y salones del automóvil y finalmente se le dio al hijo de Chrysler, Walter P. Jr. Quien lo tuvo 30 años. El coche ya restaurado es propiedad de Sam Mann.


Los paneles de la carrocería eran de aluminio y en los paneles interiores podías encontrar varios compartimentos de almacenamiento. Montaba unos estribos elegantes al estilo Auburn y un parabrisas recortado dándole un aspecto más veloz digno a su espíritu Speedster.


Presentaba un imponente capó con una línea suave desde el radiador hasta el parabrisas que escondía un motor de 8 cilindros, aunque tenía la apariencia de otros monstruos de su tiempo con motores de 12 y 16 cilindros.


Con el diseño del Imperial Speedster con un capó que fluía, un parabrisas bajo y una caída trasera se reinventó el concepto de Speedster. Así consiguieron una imagen ágil y veloz.


El motor también fue una obra de innovación tecnológica de principio de los años 30. En la parte superior del bloque del motor que era de hierro fundido y 6.300 centímetros cúbicos montaron un cabezal experimental de aluminio de alta compresión consiguiendo aumentar la potencia de 125 a 160 caballos. También montaba ya un starter automático.


El embrague también era algo novedoso. Estaba diseñado de tal manera que se desconectaba automáticamente en una situación de parada de emergencia evitando así que se calara. La transmisión de tres velocidades se acopló al eje trasero.


El Imperial Speedster acumuló una docena de récords de velocidad según la Asociación Americana del Automóvil. Gran parte del éxito fue ese embrague semi-automático que facilitaba en gran medida el cambio.


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