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domingo, 7 de junio de 2020

Renault 25 V6 Turbo. 1985.

Aunque el R25 nació en 1983, hoy nos queremos centrar en un modelo que nació 2 años más tarde convirtiéndose en el modelo más potente. El R25 V6 Turbo.


Todos los R25 montaban motores a partir de los 2.000 c.c. siendo así un verdadero buque insignia capaz de competir con modelos de marcas en teoría superiores como Mercedes o BMW.


Esta versión alcanzaba una velocidad punta de algo más de 225 kilómetros por hora, contaba con 182 caballos y recorría los 100 metros en algo menos de 8 segundos. Contaba, como decía la marca francesa, de un ordenador parlante, que por ese entonces sólo lo habíamos visto en KITT, el coche fantástico. Todo esto hacía del R25 uno de los mejores coches de tracción delantera construidos hasta la época.


Con respecto al resto de la gama, el V6 Turbo se diferenciaba exteriormente únicamente en la calandra delantera y en las llantas, que eran en forma de turbina. También “limpiaron” el lateral quitando el “paragolpes” que llevaban el resto de versiones. Una pieza de plástico en la parte media baja de las puertas.


En la época los medios especializados destacaban las dimensiones de sus neumáticos, diciendo que con semejante calzado nos podíamos imaginar los que nos escondía en el interior. Ahora nos parecen más que normales, incluso algo pequeñas, pero ya os hemos comentado la evolución de las dimensiones de las ruedas en el mundo del automóvil. Montaba unas 205/60 VR 15.


En la época ya asombraba que, al acercarte, con un solo botón del mando de infrarrojos, quedaban abiertas las puertas, el maletero y la tapa del combustible.


Asombraba la cantidad de información que tenía en el cuadro de mandos. A parte de los relojes clásicos tenía una pantalla de cristal líquido donde tenías toda la información de uno de los primeros ordenadores de a bordo montado en un coche. Información del carburante como las medias, distancias recorridas, autonomía…


Se agradecía el manómetro del Turbo colocado bajo el cuentarrevoluciones, ya que el coche era muy silencioso y con las dimensiones del coche engañaba la sensación de velocidad.


Más a la derecha encontrábamos los mandos del aire acondicionado y la pantalla de las emisoras de la radio donde también podíamos ver la temperatura. El equipo de música era un Philips con 6 altavoces. Un lujo para la época.


También encontrábamos el verdadero ordenador de a bordo parlante que nos informaba, avisaba o alertaba del funcionamiento del coche. Niveles de carburante, olvidos, averías etc.


El catálogo de opciones para esta versión del R25 era muy escasa, pero ¿por qué? Pues tan solo porque lo llevaba todo de serie excepto la tapicería de cuero, que es algo muy personal y no a todos gusta.


Los ocupantes contaban con unas butacas que ya quisieran muchos para sus salones. Los delanteros eran con regulación completamente eléctrica.


En la parte trasera, los pasajeros contaban con artículos de lujo para la época, como los elevalunas traseros también eléctricos, mechero y cenicero.


Fue uno de los primeros modelos que montaba los mandos de la radio en una palanca tras el volante y elevalunas de un solo toque.


Es un coche grande pero pensado para la comodidad y utilidad. A parte de la amplitud de sus ocupantes, tenía un maletero de 442 litros pero si abatíamos los asientos llegábamos hasta los 1.238 litros. Y a pesar de estas dimensiones, se realizó un estudio aerodinámico encomiable con un Cx de tan sólo 0.28.


En un tiempo donde aún no estábamos acostumbrados a las conducciones con Turbo por su brusquedad y por el lapso de tiempo que necesitábamos hasta que el coche nos soltaba a toda su caballería, el V6 de Renault también sorprendió. Consiguieron una respuesta en regímenes bajos que sorprendió a todos. A parte, la liberación de la potencia se hacía de una forma suave que no estaba ligada en ese momento a coches con Turbo.


Montaba un corte de inyección muy útil por la falta de costumbre de conducir estas mecánicas. Así, si nos descuidábamos y no cambiábamos, podíamos mantener a salvo nuestros motores. El Turbo saltaba entre las 2.500 y 3.000 vueltas, obteniendo los regímenes máximos sin tener que esperar.


Mención a parte merecen su chasis rígido y sus suspensiones algo más duras que el resto de versiones. Gracias a ello se podían tener rendimientos de un deportivo en una berlina de algo más de 1700 kilos. Era un coche que iba sobre raíles.


El coche era tan cómodo y silencioso que su velocidad de crucero podría ser perfectamente 150 o 160 kilómetros por hora, en aquellos países donde puedas viajar a esas velocidades.


También destacaban los medios de la época la eficiencia de la dirección. Estaba claro que en carreteras abiertas o en autopistas era un come kilómetros, pero ¿qué pasaba en carreteras de montaña? Pues exactamente lo mismo, una dirección precisa que junto al tamaño de los neumáticos y la eficiencia de las suspensiones y el chasis ya mencionado llevaban al R25 justo por donde le pedías. Además, en parado podías mover la dirección con un solo dedo. Tampoco estábamos acostumbrados a estas direcciones asistidas a principio de los 80.


Montaba frenos ABS lo que junto a la ventilación de las llantas de turbina hacía que pudiésemos abusar de ellos sin que perdieran potencia alguna.


En su momento era el tracción delantera más potente del mercado junto al Audi 200 Turbo. Buen bicho para tener como comparativa. La pena es que era un coche muy caro, pero claro era el alto de gama de la gama más alta de la marca. Aún así podía competir sin ningún complejo con otros modelos de marcas más lujosas como contra los E de Mercedes o serie 5 de BMW o nada más y nada menos que con los Audi 200. El problema más importante que tuvo es que era un Renault.


Su precio era de algo más de 5 millones de pesetas (Algo más de 30.000.-€) que en esos años era una pasada y quedó reservado para un puñado de conductores pudientes, tirando el resto de la “plebe” a por el R21, que también venía muy completo, cómodo, seguro y fiable.


Prestaciones más destacadas.
  • 0-100 en 7,8 segundos.
  • Consumos a los 100 – 7.3 litros aunque si hacíamos una conducción deportiva subían hasta los 16 litros. En ciudad rondaba los 13.
  • El combustible tenía una capacidad de 72 litros y una autonomía de 620 kilómetros.
  • Transmisión manual de 5 velocidades.
  • Dimensiones – 4.7 de largo, 1.7 de ancho y 1.4 de alto.

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