El Renault 8 apareció en Julio de 1962 como sucesor del
Renault Dauphine. En España no llegó hasta 1965. Como una de sus innovaciones
más características fue el montaje de frenos de disco en las 4 ruedas en lugar
de los conocidos de tambor.
Respecto a su diseño, es un coche con diseño de cubo y algo
sobrio. Como buen coche europeo, montaba pocas piezas cromadas, a diferencia de
los americanos. Únicamente montaba una moldura que recorría todo el lateral
dándole un aspecto más bajo y largo de lo que de verdad era. Se trata de un
coche compacto, pero con el espacio muy aprovechado.
De frente es un coche sobrio, con faros circulares y no muy
grandes y bajo ellos y algo desplazados hacia afuera, los intermitentes. Monta
otra moldura de faro a faro donde se montaba el anagrama de la marca francesa.
En la parte delantera destaca su parachoques, que en su
parte central le hace hueco a la rueda de repuesto. El posterior iba rematado
con protectores de caucho, que más adelante también se montaron en el
delantero.
El maletero estaba en la parte delantera. Contaba con un
espacio de 250 litros muy aprovechables debido al diseño tan cuadrado. En este
espacio estaba también la batería y los depósitos de varios elementos como el
líquido de frenos, el líquido de los limpias, el filtro del aire de
climatización, etc.
Tras el asiento trasero hay otro espacio libre de unos 60
litros.
En las puertas delanteras no hay bandejas para alojar nada,
pero en el salpicadero encontramos una guantera con tapa y más abajo una mayor
guantera con llave. Esto es lo que se podía aprovechar cuando no existían los
airbags.
Respecto a los asientos, eran raramente confortables para
los coches de su tamaño en esta época ya que contaban con una amortiguación
propia y dimensiones mayores que lo que cabría esperar en un coche de estas
dimensiones. El coche parecía mayor desde dentro que desde fuera. Como ejemplo,
el espacio para las rodillas variaba entre los 15 y los 31 centímetros,
dependiendo de la colocación de los asientos delanteros.
A pesar de la amplitud del coche por dentro, no consiguieron
una buena postura para el conductor. El problema estaba en la posición del
embrague, demasiado alejado del de freno, demasiado hacia la izquierda, lo que
hacía que la postura de conducción quedase un poco “oblicua”.
Sin embargo, la ergonomía de los mandos fue fráncamente
buena. La palanca de cambios es precisa debido a la buena caja de cambios
perfectamente sincronizada aunque algo incómoda. El volante es de dos radios y
de un diámetro algo pequeño, pero hace su función perfectamente. De hecho, no
requería de mucho esfuerzo ni siquiera con el coche parado.
El cuadro de mandos también es acertado, como casi todo en
este modelo. En el centro encontramos el velocímetro horizontal, con una luz en
cada extremo. A la izquierda el indicativo de un combinado de la presión del aceite
y la temperatura del agua. A la derecha, la luz del starter, para no olvidar
que lo llevamos accionado.
En la mitad inferior, de derecha a izquierda, encontramos un
medidor del nivel de gasolina, testigos de los intermitentes, cuentakilómetros
y dos testigos, uno de las luces y otro del nivel de la batería al encender el
coche.
Los intermitentes, a parte de luces, llevaban también señal
acústica en modo de zumbido.
Como parte negativa, a parte del embrague alejado, era que
el espejo interior no llevaba sistema anti deslumbramiento. Sobre el espejo
llevaba una luz interior. Coche sobrio pero completo.
Lo comentado al principio como una de las cualidades más
importantes, los frenos, daban un resultado sorprendente. Aunque pisases a
fondo el pedal, incluso lanzado a 80 kilómetros por hora, apenas mostraba
derrapajes importantes.
Los detalles respecto a su terminación también parecían ser
de coches de segmentos más lujosos. El ensamblaje de sus piezas, como la
pintura y sus molduras eran perfectas. La carrocería es autoportante y
funcionaba como un bloque, como una viga que le aportaba una seguridad y
rigidez extra.
En el interior optaron con gran acierto por no utilizar el
material plástico no transpirable tan habitual en aquellos años. Cuantos de
nosotros no nos habremos quedado pegados en la tapicería en verano.
Otros datos técnicos son:
-
Longitud
– 3.99 metros
-
Anchura
– 1.49 metros
-
Altura
– 1.41 metros
Cuando el célebre técnico y corredor de fondo francés
Trintignan probó, allá por el 1962, el R-8 francés, dijo que al volante del
mismo perdía por completo la sensación del coche pequeño. Esto es cierto, ya
que la confección de los asientos y el amplio campo interior del vehículo,
permite una comodidad que hasta ahora no nos había brindado Renault en sus
anteriores modelos.
Las distintas versiones.
R8 Base – 1962 – 1976
Cilindrada 956 c.c.
Potencia – 48 caballos.
Transmisión – Manual de 3 velocidades.
Peso – 755 Kg.
Velocidad máxima – 130 Km/h
Consumo – 6.5 litros a los 100 km/h.
R8 Major –
1964 – 1973
Cilindrada
1108 c.c.
Potencia – 50 caballos.
Transmisión – Manual de 4 velocidades.
Peso – 760 Kg.
Velocidad máxima – 132 Km/h
Consumo – 6.2 litros a los 100 km/h.
R8 Automatic – 1962 – 1966
Cilindrada 956 c.c.
Potencia – 48 caballos.
Transmisión – Automática de 3 velocidades.
Peso – 765 Kg.
Velocidad máxima – 130 Km/h
Consumo – 6.2 litros a los 100 km/h.
R8 Automatic – 1968 – 1973
Cilindrada 956 c.c.
Potencia – 50 caballos.
Transmisión – Automática de 3 velocidades.
Peso – 770 Kg.
Velocidad máxima – 132 Km/h
Consumo – 6.2 litros a los 100 km/h.
R8 S/TS –
1968 – 1976
Cilindrada
1108 c.c.
Potencia – 60 caballos.
Transmisión – Manual de 4 velocidades.
Peso – 780 Kg.
Velocidad máxima – 145 Km/h
Consumo – 10,4 litros a los 100 km/h.
R8 Gordini – 1964 – 1966
Cilindrada 1108 c.c.
Potencia – 96 caballos.
Transmisión – Manual de 4 velocidades.
Peso – 795 Kg.
Velocidad máxima – 170 Km/h
Consumo – 10,5 litros a los 100 km/h.
R8 Gordini – 1966 – 1970
Cilindrada 1255 c.c.
Potencia – 103 caballos.
Transmisión – Manual de 5 velocidades.
Peso – 850 Kg.
Velocidad máxima – 174 Km/h
Consumo – 12,1 litros a los 100 km/h.
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