Adolf Hitler
El que puede que sea el dictador más famoso de todos los
tiempos, Adolf Hitler, era a la vez el mayor fan de Mercedes-Benz. El Mercedes
770 K edición limitada del que sólo se fabricaron 205 unidades era su favorito,
al igual que el de varios jefes de estado, incluido el emperador Hirohito,
quien gobernó Japón durante más de 70 años. Pero Hitler poseía un gusto más
exquisito por la firma alemana que cualquier otro dictador. Con una velocidad
punta de mas de 160 km/h y cinco marchas, se le entregó el 29 de Julio de 1939
en Berlín.
Actualmente está totalmente restaurado y en enero de 2018
fue subastado en Scottsdale, Arizona. No cuajó la venta, ya que no se
alcanzaron los diez millones mínimos que el propietario solicitaba y la puja
más alta fue de siete millones.
Disponía de uno de los únicos ocho Mercedes-Benz 320D
Cabriolet de 1942 jamás fabricados, y fue el encargado de ayudar a que
Volkswagen naciera como la marca de vehículos para el alemán medio, haciendo
partícipe de ello al mismísimo Ferdinand Porsche.
Muammar Gadafi
Fue dictador Gadafi en Libia durante 42 años y demostró ser
un entusiasta de los coches. Tanto era así que se aventuró a diseñarlos,
llegando incluso a diseñar uno propio. Buscaba fabricar el coche más cómodo,
más rápido y más seguro. El Rocket. No consiguió que fuera ninguna de las tres
cosas. Estaba equipado con un motor V6 de 230 CV, con el frontal y la zaga de
cohete, el cual intentó sacar al mercado, pero no contaba ni tan siquiera con
airbags.
Pero, lejos de estos trabajos de alta ingeniería, Gadaffi
disponía de varias unidades del BMW Serie 7 fuertemente blindadas.
y una limusina Mercedes Clase S,
pero destaca este pequeño Fiat 500 personalizado por el
dictador, el cual incluyó componentes de oro y sustituyó la insignia del
fabricante italiano por una del continente africano con la silueta de Libia
resaltada.
También se le conocen todo terrenos, Land Cruiser de
Tollota, Hummer H2, Escalade de Cadillac y algunos deportivos como un Bentley
Continental GT, algún Ferrari y hasta un SLR McLaren.
Saddam Hussein
El dictador iraquí poseía una gran colección de coches de
lujo que han sido saqueados y, muchos de ellos, destrozados tras su salida del
poder. Entre ellos destacaba un Rolls Royce que se salvó de la quema y que
posteriormente fue subastado en Ebay, tras pasar por diversos intermediarios.
Entre los vehículos de Sadam que disfrutaba él y su familia había modelos de
todas las marcas, Mercedes, Ferrari, Porsche, etc. Se asegura que había unos 11
garajes de gran tamaño en los que podría haber entre 1.100 y 1.300 vehículos de
superlujo que fueron robados y desmontados en sucesivos saqueos tras la caída
de Sadam.
La familia dictatorial amaba a Mercedes-Benz y los vehículos
clásicos, por lo que no es de extrañar que cuando las fuerzas militares
norteamericanas derrocaran el régimen, encontraran un Mercedes S600, un Ferrari
Testarossa de color rosa, un Ferrari F40 y una pareja de Porsche 911, otra
pareja de Excalibur entre otros. Los hijos de Hussein murieron en la invasión
inicial de Estados Unidos, mientras que el Saddam fue ejecutado en 2006.
Entre otras joyas destacan un Lambo LM002, un Z1, un diablo,
y la mayoría destrozados actualmente desaparecidos. Una verdadera lástima.
Teodoro Obiang
El dirigente de Guinea Ecuatorial disponía de un gran
repertorio de coches deportivos. Así lo pudieron constatar las autoridades
francesas que encontraron y embargaron una más que relevante colección en
París. Concretamente había dos Bugatti Veyron, un Ferrari Enzo, un Ferrari 599
GTO, un Maserati MC12, un Aston Martin V8, un Porsche Carrera GT y un
Rolls-Royce Phantom descapotable.
Kim Jong Un
El nuevo y joven dictador de
Corea del Norte, Kim Jong Un, ha dado un giro a los gustos por los coches de su
padre y abuelo, también jerarcas omnipotentes de este país asiático. A
diferencia de sus antepasados que optaban por vehículos Mercedes (500 SEL y
serie 200) como automóviles oficiales para marcar su distancia del pueblo, Kim
Jong Un opta por los Audi, concretamente un S8 y un R8, como forma de imprimir
y transmitir un halo de modernidad a su vetusto régimen. Un ejemplo de sus
locuras es que tras la muerte de su padre, por un ataque al corazón, ha
aumentado el gasto personal anual de 300 a 645 millones de dólares.
El padre del actual dictador de
Corea del Norte era un gran amante de Mercedes-Benz. Se dice que gastó un total
de 20 millones de dólares de un fondo de ayuda humanitaria en 20 Mercedes-Benz
en lugar de en alimentos para los hambrientos norcoreanos. En 2009, Kim Jong-II
adquirió dos limusinas Mercedes-Benz S600 Pullman para reemplazar su Maybach
favorito.
Benito Mussolini
Nos encontramos posiblemente ante el primer dictador del
siglo pasado donde el coche, además de ser su herramienta de 'postureo',
también se convirtió en una de sus principales pasiones.
El sufridor en este caso fue Alfa Romeo. Sus modelos le
obsesionaban hasta tal punto que exigía ser el primero en poder ver los nuevos
modelos y, a la vez, ser el primero en adquirirlos. No me gustaría estar en la
piel de los ingenieros.
Y el dictador no se paraba aquí. Su obsesión y protección
por Alfa Romeo le llevo en 1935 a prohibir a cualquier marca competir con Alfa
Romeo en carreras. En la vida pública, el uso del coche era mucho más institucional. En ocasiones usaba el Fiat 2800 Torpedo.
Pero podríamos decir que el
oficial de desfiles era el Lancia Astura Lungo. Una berlina impresionante de
aspecto y motor para la época, carrozada ni más ni menos por Pininfarina y
propulsada por un V8 de 3 litros.
Franco
Mercedes 520G4 W31
De los tres fabricados uno fue para él, con el que le
gustaba recorrer Alemania y sus lugares más inhóspitos, y los otros dos fueron
para sus amigos Mussolini y Franco. Los dos primeros se destruyeron durante la
guerra y tan sólo queda intacto el regalado a Franco que se encuentra
custodiado por el Patrimonio Nacional Español.
Este automóvil, de seis ruedas, pesa más de 3.000 Kg y fue
concebido para utilizarlo como todoterreno en las circunstancias más difíciles.
El que sobrevive, propiedad de Estado Español, tuvo un
litigio importante por parte de la familia Franco. Decían que había sido un regalo
personal al general por parte Hitler y Patrimonio alegaba que se había
realizado entre Jefes de Estado y no a modo particular.
El valor de este vehículo es incalculable. De hecho Mercedes
Benz puso un cheque en blanco para llevarlo a s Museo, pero fue rechazado.
Hace unos años, el vehículo fue enviado a Alemania para una
revisión a fondo y todas las piezas fueron marcadas para que no hubiera ningún
cambio. No se quería tener ningún error con el original.
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