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miércoles, 20 de marzo de 2019

Coches de dictadores


Adolf Hitler

El que puede que sea el dictador más famoso de todos los tiempos, Adolf Hitler, era a la vez el mayor fan de Mercedes-Benz. El Mercedes 770 K edición limitada del que sólo se fabricaron 205 unidades era su favorito, al igual que el de varios jefes de estado, incluido el emperador Hirohito, quien gobernó Japón durante más de 70 años. Pero Hitler poseía un gusto más exquisito por la firma alemana que cualquier otro dictador. Con una velocidad punta de mas de 160 km/h y cinco marchas, se le entregó el 29 de Julio de 1939 en Berlín.

Actualmente está totalmente restaurado y en enero de 2018 fue subastado en Scottsdale, Arizona. No cuajó la venta, ya que no se alcanzaron los diez millones mínimos que el propietario solicitaba y la puja más alta fue de siete millones.



Disponía de uno de los únicos ocho Mercedes-Benz 320D Cabriolet de 1942 jamás fabricados, y fue el encargado de ayudar a que Volkswagen naciera como la marca de vehículos para el alemán medio, haciendo partícipe de ello al mismísimo Ferdinand Porsche.


Muammar Gadafi         


Fue dictador Gadafi en Libia durante 42 años y demostró ser un entusiasta de los coches. Tanto era así que se aventuró a diseñarlos, llegando incluso a diseñar uno propio. Buscaba fabricar el coche más cómodo, más rápido y más seguro. El Rocket. No consiguió que fuera ninguna de las tres cosas. Estaba equipado con un motor V6 de 230 CV, con el frontal y la zaga de cohete, el cual intentó sacar al mercado, pero no contaba ni tan siquiera con airbags.





Pero, lejos de estos trabajos de alta ingeniería, Gadaffi disponía de varias unidades del BMW Serie 7 fuertemente blindadas. 
















y una limusina Mercedes Clase S, 


pero destaca este pequeño Fiat 500 personalizado por el dictador, el cual incluyó componentes de oro y sustituyó la insignia del fabricante italiano por una del continente africano con la silueta de Libia resaltada.


También se le conocen todo terrenos, Land Cruiser de Tollota, Hummer H2, Escalade de Cadillac y algunos deportivos como un Bentley Continental GT, algún Ferrari y hasta un SLR McLaren.

Saddam Hussein


El dictador iraquí poseía una gran colección de coches de lujo que han sido saqueados y, muchos de ellos, destrozados tras su salida del poder. Entre ellos destacaba un Rolls Royce que se salvó de la quema y que posteriormente fue subastado en Ebay, tras pasar por diversos intermediarios. Entre los vehículos de Sadam que disfrutaba él y su familia había modelos de todas las marcas, Mercedes, Ferrari, Porsche, etc. Se asegura que había unos 11 garajes de gran tamaño en los que podría haber entre 1.100 y 1.300 vehículos de superlujo que fueron robados y desmontados en sucesivos saqueos tras la caída de Sadam.

La familia dictatorial amaba a Mercedes-Benz y los vehículos clásicos, por lo que no es de extrañar que cuando las fuerzas militares norteamericanas derrocaran el régimen, encontraran un Mercedes S600, un Ferrari Testarossa de color rosa, un Ferrari F40 y una pareja de Porsche 911, otra pareja de Excalibur entre otros. Los hijos de Hussein murieron en la invasión inicial de Estados Unidos, mientras que el Saddam fue ejecutado en 2006.






Entre otras joyas destacan un Lambo LM002, un Z1, un diablo, y la mayoría destrozados actualmente desaparecidos. Una verdadera lástima.


Teodoro Obiang

El dirigente de Guinea Ecuatorial disponía de un gran repertorio de coches deportivos. Así lo pudieron constatar las autoridades francesas que encontraron y embargaron una más que relevante colección en París. Concretamente había dos Bugatti Veyron, un Ferrari Enzo, un Ferrari 599 GTO, un Maserati MC12, un Aston Martin V8, un Porsche Carrera GT y un Rolls-Royce Phantom descapotable.


Kim Jong Un

El nuevo y joven dictador de Corea del Norte, Kim Jong Un, ha dado un giro a los gustos por los coches de su padre y abuelo, también jerarcas omnipotentes de este país asiático. A diferencia de sus antepasados que optaban por vehículos Mercedes (500 SEL y serie 200) como automóviles oficiales para marcar su distancia del pueblo, Kim Jong Un opta por los Audi, concretamente un S8 y un R8, como forma de imprimir y transmitir un halo de modernidad a su vetusto régimen. Un ejemplo de sus locuras es que tras la muerte de su padre, por un ataque al corazón, ha aumentado el gasto personal anual de 300 a 645 millones de dólares.

El padre del actual dictador de Corea del Norte era un gran amante de Mercedes-Benz. Se dice que gastó un total de 20 millones de dólares de un fondo de ayuda humanitaria en 20 Mercedes-Benz en lugar de en alimentos para los hambrientos norcoreanos. En 2009, Kim Jong-II adquirió dos limusinas Mercedes-Benz S600 Pullman para reemplazar su Maybach favorito.



Benito Mussolini

Nos encontramos posiblemente ante el primer dictador del siglo pasado donde el coche, además de ser su herramienta de 'postureo', también se convirtió en una de sus principales pasiones.
El sufridor en este caso fue Alfa Romeo. Sus modelos le obsesionaban hasta tal punto que exigía ser el primero en poder ver los nuevos modelos y, a la vez, ser el primero en adquirirlos. No me gustaría estar en la piel de los ingenieros.

Y el dictador no se paraba aquí. Su obsesión y protección por Alfa Romeo le llevo en 1935 a prohibir a cualquier marca competir con Alfa Romeo en carreras. En la vida pública, el uso del coche era  mucho más institucional. En ocasiones usaba el Fiat 2800 Torpedo. 


Pero podríamos decir que el oficial de desfiles era el Lancia Astura Lungo. Una berlina impresionante de aspecto y motor para la época, carrozada ni más ni menos por Pininfarina y propulsada por un V8 de 3 litros.


Franco

Mercedes 520G4 W31

De los tres fabricados uno fue para él, con el que le gustaba recorrer Alemania y sus lugares más inhóspitos, y los otros dos fueron para sus amigos Mussolini y Franco. Los dos primeros se destruyeron durante la guerra y tan sólo queda intacto el regalado a Franco que se encuentra custodiado por el Patrimonio Nacional Español.

Este automóvil, de seis ruedas, pesa más de 3.000 Kg y fue concebido para utilizarlo como todoterreno en las circunstancias más difíciles.

El que sobrevive, propiedad de Estado Español, tuvo un litigio importante por parte de la familia Franco. Decían que había sido un regalo personal al general por parte Hitler y Patrimonio alegaba que se había realizado entre Jefes de Estado y no a modo particular.

El valor de este vehículo es incalculable. De hecho Mercedes Benz puso un cheque en blanco para llevarlo a s Museo, pero fue rechazado.

Hace unos años, el vehículo fue enviado a Alemania para una revisión a fondo y todas las piezas fueron marcadas para que no hubiera ningún cambio. No se quería tener ningún error con el original.



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