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martes, 19 de marzo de 2019

Los coches de Elvis Presley


Junto a las mujeres y la música, los caprichos de cuatro ruedas fueron sus grandes pasiones, creando escuela en otros mitos de la canción como John Lenon, George Harrison, Freddie Mercury, Nick Mason, Chuck Berry o Eric Clapton, Elvis Presley no se privaba de nada y mucho menos en el tema del motor. A lo largo de su vida disfrutó de infinidad de vehículos, cuyo nivel fue creciendo en paralelo a su fama y su astronómica cuenta corriente.

Lincoln, Chrysler, Stutz, Rolls-Royce, BMW , Ferrari o Mercedes son algunas de las marcas que formaron parte de sus coches. Como buen patriota, los Cadillac, siempre estuvieron entre sus favoritos.

En los inicios de su carrera, The King empleaba los vehículos como rudimentario medio de transporte para trasladarse con los Blue Moon Boys de una actuación a otra. Eran tiempos modestos y también difíciles. Uno de esos primeros coches de Elvys Presley y de sus preferidos fue un Cadillac rosa y blanco del 54.

Elvis Presley compró este coche de segunda mano en 1955, y siempre decía que: "El primer coche que compré era el más hermoso que jamás había visto. Lo aparqué en el hotel y estuve mirándolo toda la noche".


El cantante lo reemplazó por un nuevo Cadillac Fleetwood Series 60 del 55, que mandó pintar de rosa -Elvis rose-: se convirtió en uno de sus preferidos. Más tarde se lo regaló a su madre, Gladys aunque no tenía carné de conducir.


 Otro de los coches de Elvis Presley llegó en 1956, cuando voló con su inseparable June Juanico a Houston para adquirir por 10.000 dólares un espectacular Cadillac Eldorado. No le satisfacía ni el color exterior de esta maravilla, blanco, ni su tapicería negra. El artista estampó un racimo de uvas en el parachoques. De esa forma tan gráfica le explico a Jimmy Sanders, su preparador de coches, cuál era el tono que deseaba para la carrocería. En cuanto al interior, le encargó que se bordaran sus iniciales -EP- entrelazadas con una guitarra y dos notas musicales.


Cuando se marchó a vivir a Graceland en la primavera de 1957, poseía un Cadillac Fleetwood Limousine Series 75 de 1954. Originariamente de color azul, el cantante lo repintó de amarillo. Siempre le gustaron los coches con tonos atrevidos y, siendo músico, que dieran la nota.

El mito se trasladó en 1958 a Alemania para cumplir con el servicio militar de su país. Allí, disfrutó de dos impresionantes roadster BMW 507. 














En el verano de 1959 encargó desde Alemania un Lincoln Continental Mark V. Impresionante. Sin duda, otro de los coches de Elvis Presley más destacados.


A principios de los 60, Presley decidió que se merecía un nuevo homenaje. Y buscando el modelo más exagerado y cantoso, compró un Cadillac Series 75 Fleetwood Limousine, conocido como 'Solid Gold' por las incrustaciones de oro que mandó insertar a lo largo del pedazo bicho. El precio de 100.000 dólares lo dice todo. Según algunas fuentes, esa cifra sería equivalente en la actualidad a un ¡millón de dólares! En su interior, albergaba todos aquellos elementos de confort, ostentación y lujo que te puedas imaginar... y los que no. Un glamuroso mastodonte.


Más tarde, y como parece que ya se había cansado del producto nacional, en 1961 se compró un Rolls Royce Phantom V en un dealer de Beverly Hills. Llegó a modificar su color en 4 o 5 ocasiones. En 1966 incorporó a la colección -como si fueran corbatas- otro Rolls Royce, un Silver Cloud blanco.


 La interminable lista de antojos de la década de le década de los años 60 se completa con unos impresionantes y exclusivísimos 


Ford Thunderbird del 62, Cadillac Series 75 Fleetwood Limousine 1964, 


Lincoln Continental Executive Limousine 1967, 


Cadillac Coupe De Ville 1967


... y un mastodóntico Mercedes-Benz 600 de 1969. 

Llegamos a unos de los vehículos más queridos por el Rey del Rock: los Stutz Blackhawk. En 1970 se encaprichó de un prototipo de la marca. Pues, dicho y hecho. A la cadena de montaje, para enviarlo a Graceland. Después de ese, llegaron otros dos más, los Stutz Blackhawk II y III. 


En 1975 se apuntó a la moda italiana con un Ferrari Dino 308 GT4. Dos años más tarde, adquirió un Cadillac Seville de color plata y burdeos. Probablemente, su última adquisición. Sin duda, y como has podido leer, los coches de Elvis Presley ocuparon un lugar destacado en su vida.
















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