Apollo acaba
de presentar un nuevo superdeportivo en
Italia, el Intensa Emozione 2018 (IE,
abreviado).
Es un superdeportivo
tradicional, me explico, han huído de grandes avances tecnológicos. Lo primero
que cabe destacar es su motor, un V12
atmosférico, de 6,3 litros, que produce 780 CV. Como veis, no hay ni
rastro de sobrealimentación ni de bajas cilindradas. Con esta mecánica, el
coche llega a 100 km/h, desde parado, en 2,7 segundos y logra 333 km/h de velocidad
máxima. Gracias al mayoritario uso de fibra de carbono en el chasis y la
carrocería, el peso en vacío apenas llega a 1.250 kilos, con una casi
perfecta distribución de la masa: 45%, para el eje delantero y 55%, para el
trasero.
Pero en el Apollo
IE 2018, no todo es potencia y peso. También hay un
elaborado trabajo aerodinámico, que
podemos encontrar por toda la carrocería. No hay más que fijarse en el
gran splitter delantero, las canalizaciones del aire, los orificios de
ventilación, el gran alerón trasero y el descomunal difusor, por citar algunos
componentes. El resultado es una carga descendente, equivalente a ¡1.350
kilos!, con la que el superdeportivo se
mantiene, literalmente, pegado al suelo, sea cual sea la velocidad.
Igualmente, debemos analizar el
potente equipo de frenos de la
firma Brembo, compuesto por discos carbocerámicos de
380 milímetros de diámetro en ambos ejes, con pinzas delanteras de seis
pistones y traseras de cuatro.
La suspensión está
inspirada en la de los vehículos de competición. Así, emplea el sistema push-rod, conocido de
los monoplazas de la F1, y barras estabilizadoras ajustables. También son
adaptativos los amortiguadores, aunque los clientes que lo deseen pueden
personalizar a su gusto la puesta a punto del coche.
Aquellos que vayan a emplear el Apollo
Intensa Emozione 2018, con independencia de la climatología,
apreciarán los diferentes mapas del motor. Basta
presionar un botón para seleccionar uno de los tres disponibles: Wet, Sport y
Track. Igualmente, el control de tracción también dispone de doce niveles de
ajuste. En función del elegido, el conductor dejará más o menos libertad de
acción al coche.
En cuanto al cambio, emplea una caja
secuencial con seis velocidades, de accionamiento neumático.
Pasando al habitáculo,
los asientos están anclados a la estructura de carbono y el del conductor
se realiza a medida del cliente. Para lograr la postura deseada, el volante y
los pedales pueden variar de posición. Por su parte, la instrumentación digital
muestra los datos de forma sencilla; así, el conductor sufrirá las mínimas
distracciones. A ambos lados de la pantalla principal, hay otras dos, donde se
proyectan las imágenes que recogen las cámaras exteriores, que hacen la
función de retrovisores.
Como podrás suponer, el número de unidades
será muy limitada. Tanto, que solo se fabricarán diez
ejemplares, por 2,25 millones de euros cada
uno. Sorprendentemente, habrá opciones, como la fibra de carbono a la vista.
Dentro del capítulo de las curiosidades, los dueños del Apollo
Intensa Emozione 2018 podrán competir en las series Apollo
Time Attack, asistir a la creación del coche y conocer, en primicia, futuras
creaciones de la casa italiana, como el Arrow 2019.
Norman Choi, el hombre
detrás de este proyecto, explica con orgullo lo que diferencia a este
coche del resto: "Sentimos que todo el avance tecnológico en los
superdeportivos actuales limita la conexión emocional y pura entre el
coche y el conductor. Por eso, hemos querido fabricar un modelo que llenara ese
vacío entre hombre y máquina". A priori, parece que lo han
conseguido.
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